Hace algo más de dos años veía la luz un juego de tablero y dados que nos enseñaba que las tiradas no siempre son buenas o malas, sino que hay que saber gestionarlas en cada momento. Un juego que nos llevaba al mundo de la alquimia y nos hacía ir avanzando paso a paso en el aprendizaje de hechizos. Un juego que nos situaba en una escuela de alquimia como Los Aprendices.
¿Dados, alquimia, cuervos? Pongamos un poco de orden…
El planteamiento es sencillo: somos los pupilos de unos grandes alquimistas y tenemos que avanzar en nuestro camino, representado por una escalera de caracol donde marcaremos nuestro progreso en la partida.
¿Y cómo podemos avanzar? Pues igual que en cualquier otra parcela: estudiando mucho. Disponemos de 6 mesas de estudio donde poder hincar los codos e ir consiguiendo realizar nuestros pinitos como alquimistas. Cada mesa es diferente, y requerirá estudios diferentes. Pero las recompensas que obtendremos valdrán la pena.

Sin embargo, la vida no siempre nos da lo que queremos, y tendremos que aprender a convivir y a aprovechar todo aquello de lo que dispongamos en cada momento. Por supuesto, también tendremos que batallar con los cuervos, los problemas de la vida, pero eso nos hará crecer y ser más sabios. Nada mejor que unos estupendos dados para ejemplificar ese azar.
Mecánicas
Con todos los ingredientes sobre la mesa todo se ajusta al planteamiento como un guante. Los jugadores comienzan la partida con el mismo set de 4 dados, uno de cada color, incluyendo un dado negro donde se encuentran los odiosos cuervos, y un quinto dado a su elección. Esto ya marca un poco la especialización inicial de cada jugador, puesto que cada dado tiene más fuerza en uno de los elementos de la alquimia.
Turno tras turno, los jugadores lanzarán sus dados y se adaptarán a los resultados obtenidos para poder explotar al máximo las mesas de trabajo. Esto les proporcionará habilidades aprendidas y puntos de victoria.

Antes de poder estudiar, hay que hacer frente a las vicisitudes de la vida, los cuervos, así que será necesario acabar con ellos usando nuestros recursos o pidiendo ayuda a los demás, que podrán gastar parte de los suyos en librarnos de algunos problemas y recibirán a cambio recompensas en forma de puntos.
A medida que avanza la partida, los jugadores podrán seguir especializándose cambiando algunos de los puntos conseguidos por nuevos dados, del color que deseen, para tener más poder. Pero ojo, un mayor poder conlleva una mayor responsabilidad, y lanzar más dados, aunque nos hace más fuertes, también nos expone a obtener más cuervos.
Cuando un jugador llegue a 42 puntos, se completa la ronda y la partida finaliza, proclamando vencedor al que haya obtenido más puntos y nombrándolo Gran Alquimista.
In Memoriam
Hoy quería recordar este juego de Alberto Corazón, autor de Álex Colt: Cadete Espacial, que ilustra como ninguno ese control de azar o azar controlado, en el que no sabes qué te va a salir en la tirada de dados, pero a medida que avanzas en la partida puedes ir controlando. Y es que esa precisamente es la clave de este juego: todas las habilidades que vamos obteniendo a lo largo de la partida nos permitirán manipular el azar de los dados, ya que nos otorgarán la capacidad de cambiar unos resultados por otros o incluso convertir un resultado concreto en varios distintos.
Además, no se trata del clásico juego donde juego mi turno y me olvido mientras juegan los demás, sino que las habilidades cambiarán de manos constantemente según vayamos estudiando en cada mesa de trabajo. ¡Sólo un estudiante puede ser el favorito del profesor en cada mesa!
En resumen, un juego me tablero y dados que no se limita a que seamos espectadores de lo que la fortuna nos depare sino que nos dejará intervenir e incluso decidir si queremos sacrificar algunos puntos para obtener mayor número de dados.
Un juego que merece ser recordado y del que te enseñamos más detalles en el siguiente vídeo.
Por si fuera poco, una vez que hayas iniciado el camino de Los Aprendices, y lo tengas dominado, siempre puedes aventurarte en la senda de Los Iniciados, simplemente volteando las mesas de trabajo, y así enfrentarte a mayores retos… nunca sabes lo que la Alquimia puede depararnos.
Consigue aquí tu copia de Los Aprendices, de Alberto Corazón.