Juegos de Mesa · Zacatrus!

Diario de viaje de Zacatrus (editamos Tzolk’in)

Todo fue complicado y fácil a la vez. Todo fue inesperado.

El viaje… ¿Qué puedes esperar de un viaje a tierras desconocidas, inexploradas? Vas preparado para lo peor porque lo peor puede suceder en cualquier momento, lejos de la seguridad de lo que llamamos, con arrogancia, civilización. Enfermedades, animales salvajes, accidentes… No sirve de nada pensar en ello, porque no te puedes anticipar: ocurrirá justo lo que no habías previsto.

Y cosas malas ocurrieron: un tobillo torcido, fiebres que duran horas y luego se van, enjambres de mosquitos sedientos. Eso fue todo, tuvimos suerte. En realidad, lo que más temíamos era el encuentro con los nativos.

Sus tierras son húmedas, están cubiertas por una niebla pegajosa, la vegetación es arisca y lo ocupa todo. Sólo los ríos, anchos, muy quietos, permiten escapar de la opresiva atmósfera de la selva. Y a pesar de todo, nos sentíamos expuestos, observados por cien ojos. Todo el rato. Avanzábamos a golpe de machete, muy lentamente.

Y al fin nos encontramos con los nativos. En realidad, claro, ellos nos encontraron a nosotros. Preparamos las armas y también los regalos que traíamos, no teníamos claro qué iba a ser más útil. Una vez más, tuvimos suerte: fueron amables, acogedores, y de repente nos encontramos sentados con ellos, compartiendo comida y bebida, riendo a pesar de que apenas nos entendíamos.

Cuando pensamos que nos habíamos ganado su confianza, nuestro intérprete hizo la pregunta: ¿dónde está el oro? Durante un instante, nos miraron con una sonrisa enigmática. Luego, uno de ellos, uno de los ancianos, dijo:

– Tenemos algo mejor para vosotros. ¡Báaxal!

De nuevo, la suerte. Tardamos varios días en averiguar qué era aquello mejor que el oro. Báaxal. Juego, tradujo alguien. Y al principio no lo entendimos. Luego, lo probamos y nos olvidamos del oro. Tzolk’in, lo llamaban, casi con temor, con reverencia, porque es un juego, sí, pero es más que eso: trata del paso del tiempo, de los ciclos de la vida.

Teníamos que traerlo a España y eso hemos hecho. Tuvimos que negociar, los nativos viajaron desde sus remotas tierras hasta aquí. Pero ya lo tenemos. Traducido, pero con todos los elementos originales que lo hacen tan especial.

tzolkin

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En realidad, los amigos de Czech Games Edition nos han dado la oportunidad de traer Tzolk’in en castellano. Y no lo hemos dudado. Estamos muy enganchados al trabajo editorial, a ensanchar este pequeño universo, descubrir nuevos rincones y llevaros a vosotros también con nosotros. Empezamos un poco de broma con La Teta y un golpe de suerte nos puso entre las manos el juegazo Coup. Así que, de todo lo de arriba, lo único que es verdad es que tenemos mucha suerte.

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